Este caballo es hijo de ese genial e inolvidable caballo que fue GALLO, indiscutiblemente uno de los mejores sementales que han existido para la historia del toreo ecuestre. Se trata de un ejemplar de buena alzada, que pasa muy bien a la hora de las reuniones y que tiene una notable facilidad para girar en la cara de los toros y para dejárselos llegar muy de cerca, dándole con ello la colocación idónea a su jinete a la hora de clavar.