El toreo de VIRIATO impactó profundamente en México, en donde debutó bajo la rienda de Pablo Hermoso de Mendoza, convirtiéndose de inmediato en sensación y referente.
Si bien se trata de un corcel que ya había toreado con otros rejoneadores, no fue hasta bajo la mano del navarro, que este tordo picazo pudo dar un paso más allá, demostrando toda su clase, consolidando su toreo, muy en la línea de ICARO, siempre dando la cara, siempre con el toro en los pechos, alargando las embestidas y vaciándolas en episodios de gran autenticidad y proyección estética.