LOS INICIOS

Pablo Hermoso de Mendoza Un torero a caballo único

"Tuve unos inicios complicados por la situación geográfica donde vivía. Pero a la vez que vivir en Navarra me complicaba el aprendizaje, también me dio el calor y el apoyo de una tierra que creo que en ninguna otra parte lo hubiera obtenido.

Con su aparición en público en la plaza de Viana, inició un largo y complicado camino cuesta arriba para Pablo Hermoso de Mendoza. A los obstáculos naturales de quien se inicia en el mundo taurino, habría de sumársele especialmente el hecho de que Pablo era originario de una tierra con amplio abolengo en el mundo del toro, gracias a los encierros, las capeas y los recortadores; pero con escasa presencia en el del caballo. Aparte de ello por aquellos tiempos se consideraba al rejoneo como un deporte de aristócratas andaluces, minimizando cualquier aspiración que no viniera de alguna cuna noble cercana al horizonte sevillano. En ese contexto, la lucha de Hermoso por abrirse paso fue casi heroica, colmada de sinsabores y dificultades, pero cimentada en una sola idea: llegar a ser alguien en el mundo del toreo a caballo.

Pablo aprovechaba cualquier oportunidad que se le brindaba para actuar en una plaza, sea del pueblo que fuere. Como dato anecdótico queda el hecho de que su presentación en la plaza de su localidad natal, Estella, se produjo gracias a que un aficionado que estaba considerado para matar un becerro en el festejo, quiso quitarse de enmedio, convenciendo para que le sustituyese a Pablo, que aceptó el ofrecimiento con la única condición de que se le permitiese torear a caballo. Su propuesta fue aceptada y Hermoso se dio a la tarea de fabricar las banderillas y los hierros que utilizaría en la lidia. El día de la becerrada llegó y el incipiente rejoneador causo una grata impresión entre sus coterráneos, lo que le alentó para comenzar a rodarse en los festejos pueblerinos, a donde llegaba con su caballo montado en una furgoneta que él mismo manejaba.

Aquellas vivencias podían desalentar a cualquiera, pero Pablo no se afligía y por el contrario se iba estableciendo pequeñas metas, a manera de peldaños en su intento por ascender a la espiral del éxito. La meta clara en su mente era conocer y dominar hasta el más minímo secreto relacionado con el toreo a la jineta, estableciendo que para lograrlo se inclinaría por el camino de la verdad y la pureza a la hora de realizar las suertes. De esta forma empezó a ser conocido y apreciado en los cosos de las localidades navarras, presentándose incluso en Pamplona, participando en una novillada económica el día 6 de octubre de 1985.

Llegado el momento consideró que estaba listo para tomar la alternativa. Unos días antes del acontecimiento, toreando en la plaza de Lodosa, Hermoso metió a su caballo "Pezaña" en un terreno del que no podía salir con limpieza y el toro le asestó una cornada, misma que le originó una pequeña hernia. Al parecer el percance no revestía mayor gravedad, pero la hernia se le estranguló por lo que el equino falleció al intentar operarle. Este suceso representó uno de los mayores reveses para Pablo, que de esta forma perdía a su caballo más importante en días previos a la fecha por la que tanto había luchado. Afortunadamente Hermoso pudo superar semejante inconveniente y se doctoró en el coso navarro de Tafalla, el 18 de agosto de 1989; la tarde fue por demás triunfal y el recién alternativado salió a hombros de la plaza.

Así comenzaba una nueva etapa en el horizonte profesional de Hermoso de Mendoza, sendero que de inicio le llevaría una vez más a estar presente en la mayoría de los cosos de la comunidad foral, que siempre le han sido especialmente fieles, y donde comenzó a forjarse la leyenda de quién ahora es la primera figura en el arte de Marialva.